Entre Copos.

-Por mi que todo siga así -dijo Daemon con un tono de indiferencia -Seguro que están de vacaciones... -su comentario se vio interrumpido debido al ruido de cristales rotos, todo debido al descuido de él mismo que dejó caer un matraz -Voy a tener que reponerlo- murmuró amargo-

Sin más opciones comenzó a recoger su desastre -Nishta, si algo pasa antes de que nos vayamos de este lugar, todo será tu culpa -

-¿Por qué mi culpa? Solo he comentado que es raro, deben de estar planeando algo grande-su comentario no hizo ni siquiera que el secretario alzara una ceja- Además si seguimos sin hacer nada tanto tiempo terminaremos perdiendo la destreza en el trabajo.

Dicho eso volvió al trabajo hasta escuchar un quejido del pelinegro, se acerco para ver que le ocurrió, se había cortado con el cristal. Fue directo al botiquín del laboratorio y extrajo un frasquito que contenía un desinfectante junto con una compresa y un trozo de venda, se le acerco a Daemon y le hizo mostrar la mano que intentaba ocultar.

-No podrás curarlo tu solo, debiste haber usado una escoba en primer lugar, tan pronto termine de vendarte ve a ver a Di Rou o Le Fontell. Ya nos veremos en la sala común para tus tutorías.

-Como digas, mamá -dijo con suma resistencia mientras le vaciaba la botella de desinfectante -¿Alguna vez te han dicho que eres demasido... considerado? - apenas terminó un dolor punzante lo hizo estremecer y en cierto modo lo obligó a ahogar un gritito -. Ten cuidado, eso duele -

Pasaron unos minutos más en lo que Kyle terminaba de vendar la inquieta mano del secretario. En cuanto dio por finalizada su tarea, Ellioth no pudo evitar disimular su asombro por el buen trabajo -. Creo que con esto ya no necesitaré ir a la enfermería - miró a Kaoru, topandose con un inexpresible rostro.

Suspiró.
-Ya se que si no lo hago, te haré enfadar. Te veré más tarde en la sala común -se despidió, encaminándose hasta la enfermeria.

Una de las peculiaridades de Daemon, era que intentaba por todos los medio alejarse de Le Fontell, aunque sabía que era un buen médico, simpre había temido por quebrarse durante una de sus llaves. Sin embargo esta vez no hubo forma de escapar de él.

El doctor logró cerrarle el paso en cuanto vio la venda en la mano del joven. Lo jaló para poder revisar el bendaje y de inmediato se percató que no era uno aplicado por su compañera y mucho menos por él. Con una pequeña llave que inmovilizó al pelinegro, lo obligó a contar lo ocurrido y posteriormente prosiguió con la limpieza, encontrando muy dentro de la lesion un par de fragmentos de cristal. El pobre de Daemon no le quedó otra cosa que aceptar de mala gana y gritar ante el dolor causado por la limpieza que, según él, si hubiera sido Di Rou, le hubiera administrado un anestesico.

-El corte no es muy profundo, no necesitará de puntos, pero es necesario que la mantengas inmovil para que no abra más- dicho esto comenzó a verdarle la mano firmemente.

Despues prosiguió con un chequeó general del secretario, todo estaba bien, "Podía viajar con seguridad para la navidad" alegó y para finalizar, sacó un jeringa con alguna sustancia translucida en ella. El rostro de Daemon palideció al verla; a pesar de que de niño nunca tuvo problemas con las inyecciones, la primera vez que en Atlash le colocaron una, se prometió a si mismo que sería la última. Le Fontell había sido el responsable de que ahora Ellioth le temiera a las inyecciones y; gracias a su pánico, logró safarse del doctor y tras justificarse con el hecho de que ya se sentía bien, se escapó.

Una vez fuera del edificio, se detuvo a tomar un poco de aire y despues continuar para poder ir con Kaoru para las tutorias.

La noche pasada había empacado la mayoría de sus cosas, ahora se dedicaba a abrir maletas y acomodar algunas cosas en su lugar; extrajo con cuidado los libros y el material necesario para la tutoría. Llevo todo a una de las mesas en la sala común para luego dirigirse a las oficinas, si no informaba a su familia esta no pararía de molestar después.

Una vez que saludo a todos sus parientes y responder un pequeño interrogatorio pudo volver a los dormitorios, supuso que para ese momento Daemon ya habría vuelto allí, al asomarse le pareció extraño no verlo entre algunos alumnos que ya bajaban su equipaje.

-¿Aun no llega?

Era una sensacion extraña, la melodia de una armónica de cristal se escuchaba a lo lejos, cada vez más distante. Apenas si sentía sus manos y piernas, entumidas por el frío.

Lentamente el secretario abrió los ojos, confundido y sin recuerdos que lo ayudaran a comprender la razón por la cual se encontraba así. Sólo una borrosa imagen llega a su mente, una en donde caía al vacío, pero aparte de eso, simplemente no podría acordarse de nada más.

Tras pasar su semiconciencia, se dio cuenta que estaba recargado en uno de los árboles, en medio de uno los jardines de Atlash, ahora teñidos de blanco por la nieve. Intentó levantarse pero sus piernas apenas le respondían y, para su suerte un trozo de nieve del árbol cayó en su cabeza, por lo menos despertandolo un poco más.

-Este es el peor día de mi vida -gruño mientras se quitaba la nieve y se dio cuenta de que la venda en su mano estaba demasiado desgastada. Sin embargo eso no fue lo único que notó; ni su reloj, bufanda y su abrigo, estaban -. ¿Que demonios pasó? - intentó responderse esa pregunta al mismo tiempo en que se levantó con las pocas fuerzas que tenía.

Tambaleandose avanzó entre el jardín buscando sus pertenciencas con la esperanza que estuvieran en elgún lugar, pero todo fue vano. Ya mas atacado por el frío, decidió regresar a la sala común, ni siquiera sabía que hora era y seguramente Kyle estaría molesto si no llegaba rápido.

Ya nada andaba bien, había pasado un tiempo exagerado, incluso para los retrasos de Daemon. Seguro ese era su castigo por ser tan ingenuo al esperar que el joven moreno se apareciera para estudiar. Se levanto de la silla, en una hora los autobuses saldrían, cansado de despedirse de todo el mundo, y al parecer si lo había hecho. Decidió salir a buscar a Ellioth, pero más valía que él no lo hallara o de lo contrario el chico de ojos oscuros estaría un paso más cerca de su tumba.

-Las cosas que debo hacer-gruñía a cada paso pues sus pies se hundían en la nieve, cada vez mas profunda con el repentino caer de los blancos copos.

Una sombra comenzó a formarse en la lejanía. Una silueta borrosa por la nieve que caía lenta y cadenciosa en el camino. Tras unos cuantos metros más, pudo distinguir a la persona que se acercaba hacía el secretario -¿Nishta?-

Sus pensamientos de inmediato remontaron a la razón por la cual el Presidente caminaba entre la nieve, y seguramente no era nada bueno. Se acercó hacía Kaoru saludandolo timidamente con la mano.

-Daemon... -contestó el presidente con un gruñido acompañado de una mirada molesta. Pero antes de que pudiera pedir una explicación por el retardo del aludido, este le tapó boca con la misma mano con la que había saludado.
-Antes de que digas algo más... -suspiró- quiero que sepas, que yo no tengo idea de que fue lo que me pasó. Solo estaba ahí, sin nada. Ni mi abrigo, ni mi reloj, no tengo idea de que hora es y, no se que fue lo que me ocurrio -se dispuso a soltar a Kyle, pero algo lo detuvo -Estás cálido... -dicho esto una extraña sensacion invadió al pelinegro, liberando el rotro del presindente inmediatamente.

-Por supuesto que estoy cálido-gruño-. A comparación tuya que estas tan frió como la nieve.

En el acto le coloco la bufanda y los guantes que llevaba al igual que la gabardina que usaba dejándose solo un suéter; por lo menos de ese modo su compañero no enfermaría mas.

-Frota tus brazos para proporcionar más calor, y date prisa que parece que habrá tormenta… lo que seria tan malo para mí como para ti en este momento.

Al observar que a su compañero le costaba avanzar decidió servirle como muleta. Esto debe ser una broma-se repetía en el camino hasta que la entrada a los dormitorios se hizo clara, a tiempo, la tormenta estaba comenzando.

-¿En los dormitorios? No se suponia que era en la sala común -preguntpo desconcertado el secretario al verse frente a la puerta.
-Parece que tus neuronas se congelaron -contestó aun molesto el presindente.
-Kyle, lo siento mucho, no tengo una excusa coherente para todo esto -le dirigió una penosa mirada -Muchas gracias, por ayudarme - trató de terminar con una sonrisa, pero no pudo gracias al frio.

Sin embargo, una vez más lo asaltó, aquella extraña sensación que había atacado antes al pelinegro. Pero esta vez con una necesidad aun mayor para poder estar cerca de una fuerte de calor. Lo que lo hizo aproximarse aun más hacía Kaoru. Acariciando el rostro del presidente con sus frios dedos. Tomandolo de la cintura para juntar su pecho con el suyo, en medio de una resietencia disimulada por parte del Presidente, para no escandalizar mas aquel mal momento.

En cambio Daemon parecia importarle poco lo que Kyle intentara para detenerlo. Rozó con la punta de su naríz el rostro del violáceo, en la misma direccion que su mano había seguido hasta llegar al cuello de su superior, el lugar más calido; en donde se detuvo escuchando el palpitar de la sangre recorriendo sus venas.

-Dae… Daemon, debemos apresurarnos-tartamudeo sin dejar de intentar alejar un poco mas al secretario, estaba invadiendo por mucho su espacio-, creo que te afecto mucho estar tanto en el hielo.

No entendía que le pasaba al joven de cabello oscuro, la única respuesta que su lógica le dio en ese instante era que Ellioth había enfermado; aunque entendía el hecho de que buscara mas calor para regular la de él no le agradaba que estuvieran tan pegados.

Al ver que el moreno insistía en acercarse mas y mas sin siquiera dar un paso para entrar, sumando que cada vez que lo alejaba un poco se quejaba y se aferraba mas, decidió hacerlo solo. Con esfuerzo avanzo poco a poco hasta estar bajo el techo de la entrada, a unos cuatro metros la puerta para acceder al interior de la construcción.

En todo el pesado trayecto que tuvo que recorrer Kyle, literalmente arrastró al secretario, quien en ningun momento se soltó.

Protegidos de la nieve que comenzaba a arremolinarse en las afueras. Lentamente Daemon comenzó a recobrar la "conciencia" de si mismo, para darse cuenta de lo que estaba haciendo. Inmediatamente se separó de Kyle, apenado y mas aun, preocupado por la forma en que su compañero podía interpretarlo.

-¡¿Q-QUE HACES, NISHTA?! -reclamó el secretario empujando al susodicho -¡¿¡¿Cómo te atreves, maniático pervertido?!?! - bastó ese comentario para que el Presidente terminara con la poca paciencia que le quedaba.
-¡Si fuiste tú quien se acercó primero...! -gruño
-¿Por qué no me detuviste entonces? -

No obstante el secretario no dejó que Kaoru contestara, pues lo tomó de la mano y lo jaló para poder entrar al edificio, cosa que por alguna razón Kyle se negó; muy posiblemente por la indignación, de que Daemon intentaba ser la victima. Una vez más en el semestre, sus miradas retadoras y molestas se encontraban, casi haciendo derretir la nieve de su alrededor.

-Disculpen... -llamó la dulce voz de una chica -Creo que es suyo -señaló el guante que extendía hacia la pareja. Aquel guante que Daemon se había quitado para poder sentir la calidez de la piel de violáceo.

Pero un pequeño detalle, hizo que la joven se apenara y dirigió una mirada inquisitiva hacia las manos enlazadas de los dos -Me disculpo, llegué en mal momento. No quise interrumpir... -

En una fraccion de segundo, la mano de Daemon ya estaba muy lejos de la de Nishta. Sin saber que hacer, solo se volteó hundiendo su rostro avergonzado entre ambas manos.

Detestaba que a veces la gente malinterpretara sus peleas, tomo el guante, resignado ante la bochornosa situación y la pena ajena que generaba el joven moreno.

-No malentiendas, ese chico esta enfermo… se ha pasado horas expuesto al frió y eso le debió afectar en mas de un sentido.

Una sonrisa paseo sus labios al mirar a Ellioth.

-Gracias por devolver esto-le dijo a la muchacha abriéndole la puerta-. Por favor, pasa primero.

Ella asintió, una vez entro Kaoru tomo del cuello a Daemon y lo acerco a la puerta antes de empujarlo al interior. Oye, se mas delicado al escuchar eso el deseo de darle uno que otro golpe se volvía mas ferviente pero se abstenía de si mismo.

-¿Alguien ha visto a Le Fontell o Di Rou?-cuando el moreno escucho el primer nombre retrocedió.
-Creo que están en la enfermería-contesto uno de los presentes-. Dijeron que vendrían en cuanto empacaran algunas cosas para los dormitorios.

Razón no faltaba, con la fiereza de la tormenta aumentando a cada instante se debía estar preparado en caso de que tuvieran que quedarse por un periodo indefinido a causa de ella. Al parecer algunos profesores igual habían ido a la cafetería por mismas razones.

-Iré por alguno-anuncio señalando al pelinegro-, por favor cuídenlo, estuvo mucho tiempo en la nieve y parece estar fuera de si por momentos. Denle cobijas y manténganlo aquí-ordeno volviendo a la puerta y antes de salir se dirigió al causante de sus dolores de cabeza-. Y Daemon, lee los libros, no puedo darte clases en este momento pero te haré un cuestionario cuando vuelva. -algo pasaba por alto-. Pasen lista, no quiero que algun estudiante haya quedado fuera con este clima, si no estan y no vuelven en media hora habra que ir a buscarlos.

-¿Eh? ¡Eh! ¡E-Espera un momento, NISHTA! -Corrió hacia él y lo tomó de los hombros para poder sacudirlo de un lado a otro -¿Cómo te atreves a jugar a ser el héroe, de este modo tan descarado? ¡Y no te perdonaré porque quieras que los demás me traten como un bebé! -dicho esto último revolvió el cabello de Nishta con tal fuerza que lo hizo agacharse.
-¡Daemon! -
-Además, si pudiera pasar con sólo leer esos libros, no te hubiera pedido las tutorias. ¡Pero no me importa! Muerete allá afuera, te encontraré en primavera.

Kyle resopló, seguramente en ese momento se arrepentió de no haberlo golpeado y dejado inconciente, para que que Elliotn no les estuviese causando tantos problemas y momentos vergonzoso. El presidente optó por retirarse, ya estaba mas que arto de las quejas. Pero como "buen" compañero que resultaba ser Ellioth, se adelantó a kaoru y cerro la puerta encarándolo una vez más.

-¿Es que acaso no lo entiendes? ¿No comprendes que si te vas, el único que faltará en la lista serás tú?- suavisó su tono de voz y un suspiro escapó de entre sus labios -. Por lo menos que alguien más te acompañe - dicho esto Daemon jaló al chico que estaba más cerca y lo empujó hacia afuera.

Dejo escapar una risita, desconcertando a muchos.

-No pasara nada, no soy tan tonto como para perderme-rió-. ¿Podrías acompañarme?-pregunto al chico que el secretario había empujado.
-S-Si… presidente.
-Entonces nos vemos en un rato-se dirigió a Ellioth- procura no enfermarte hasta que traiga a alguno de los doctores.

Tan pronto como termino ambos salieron, dejando a Daemon aun molesto por el tono con el que se le dirigió. Afuera, la nieve y el aire dificultaban un poco el avance, a Kyle le pareció ver una pequeña chispa volando por allí, froto sus ojos para encontrar que el destello había desaparecido. Tal vez dormir tarde le estaba repercutiendo de algún modo.

-¿Oye, estas bien?-pregunto a su acompañante, un par de pasos detrás suyo.
-Si, creo que casi llegamos porque puedo ver las luces de la enfermería.
-Cierto, aunque me pregunto que retendrá a los dos.

Palabras ciertas, ambos doctores siempre tenían todo ordenado, no había algo en la enfermería del que no supieran su lugar ni cantidad que poseyeran. Su pie choco contra algo parcialmente cubierto por la nieve al lado de la entrada.

-Que raro, ¿habrán traído un trineo o algo?

Pasados unos minutos de que Kaoru se había retirado, Daemon estaba sentado con los pies encogidos en el sillón y una manta que lo crubria. Junto a él, estaba una mesita con una taza de huemeante chocolate. Demasiado caliente para la lengua de gato que tenía Daemon.

Leía aquellos aburridos temas de los libros de la materia que le había causado todos esos problemas y resaltaba con el marcatextos cualquier frase que consideraba importante, sin embargo de vez en cuando su enojo salía con gran notoriedad, remarcaba la misma palabra tantas veces que la hoja se rasgaba.

-"Procura no enfermarte hasta que traiga a alguno de los doctores" -citó entre dientes y de modo socarrón lo que le había dicho Nishta antes de irse -"Lee los libros. Te haré un cuestionario cuando vuelva" -siguió, mientras que aquellos que estaban alrededor del secretario optaban por retirarse. A sus ojos, el presidente estaba en lo correcto estar tanto tiempo afuera "le debió afectar en mas de un sentido".

Nada podría ser capaz de tranquilizar los ímpetus del secretario para asesinar a Kaoru; por todo lo que dijo, por ser tan noble y pensar por los demas antes que de sí mismo. Y sobre todo por tratarlo frente a todos como un enfermo mental.
-"Parece estar fuera de si por momentos"- continuaba con las citas de todo aquello que recordaba.

-Parece que el presidente aun no se ha dado cuenta de tus sentiemientos, sino te apresuras alguien mas te lo arrebatara...-Se escucho desde un costado del sofa una voz juguetona con un toque de sarcasmo-

-¡¿que demon...?!, ¿cuánto tiempo llevas ahi sentada?-grito sorprendido al ver a la joven castaña a su lado-
-Lo suficiente como para darme cuenta de tus intenciones, creeme, si no te apresuras... mejor olvidalo, oh vaya vaya creo que estas estudiando, muy bien espero que valga la pena el esfuerzo- Dicho esto Nanami se levanto del acolchonado asiento para tomar un libro de Kyle y comenzo a tararear una cancion de cuna-

Una maraña de pensamientos se intaló por completo en la mente del pelinegro, que apenas comprendia lo que la chica estaba diciendo... demasiado verdadero, demasiado específico, lo que esa niña decia.

Sin pensarlo dos veces se dirigió hacia la castaña y le quitó el libro de había tomado -¿Quién te crees que eres, niña cosplay? -jugó un poco con el libro y en un murmullo le dijo -Mejor no te metas donde no te compete-

-Jaja me encanta tu acento de chico malo, aunque no te queda del todo. Todavia me pregunto ¿que le veis a ese tio? ¿el puesto? ¿su caballerosidad? ¿su gentileza?...-Nanami lo vio directamente a los ojos-Por cierto, ¿cual es tu nombre? Tu cara me hez familiar-Nekohime calló un momento y reacciono confundida

-¡¿Chica cosplay?!, ¡ah! ya entiendo, lo dices por mis orejitas y mi colita de gato. Los gatos son adorables, son los animales perfectos, los seres utopicos que salvaran a este mundo de la destruccion.- Nanami cerro los ojos y empezo a olfatear un aroma exquisito que provenia de una mesita al lado de Daemon, se dirigio sigilosamente a ella y encontro una taza de delicioso chocolate caliente- Hyuuu hace frio,¿sabes? y para este clima necesitamos una tacita de chocolate caliente-le susurro al oido mientras lo distraia para robarle su bebida, sorbio un poco y la chica gatuna comenzo a temblar, sus ojos comenzaron a humedecer-

Entiendo, me topé con una loca... -Pensó el pelinegro al escuchar esa teoría minina de la chica.

Con esas palabras y esa forma tan rara de dirigirse a él, definitivamente consideró que ella estaba jugando. Si deseaba conservar sus secretos como deben ser; la mejor estrategia era ignorar lo que había dicho esa chica, aunque para ese momento le costaba un poco de trabajo disimular el tono rojizo en sus mejillas.

Antes de poderle reclamar el que la chiquilla le había robado el chocolate, se vio en medio de la extraña reacción por parte de la misma.

-¿Que es lo que te pasa? No llo-res...

-Dra. Di Rou, Dr. Le Fontell-llamó Kyle en cuanto entraron.

Ambos médicos se asomaron desde detrás de una cortina, dedicándoles una mirada furiosa al par de chicos; lo recién llegados alcanzaron a disculparse no sin antes recibir el regaño de sus mayores.

-No se puede hacer nada, por lo menos ayúdennos a llevar esas cajas al trineo-Catherine resoplaba señalando cinco objetos cuadrados, sin embargo no pudo evitar notar la falta de abrigo del presidente-. Nishta, ¿te has atrevido a venir así?
-Lo siento, pero Daemon ha estado mucho tiempo fuera sin nada para protegerse del frío así que lo mejor sera que lo examinen lo más pronto posible.
-Que niño tan problemático, es mas probable que el que salga perjudicado seas tu... si te enfermas te arrepentirás de tenerme como doctora.
-Muy bien…-dudo al ver la seria expresión de la mujer.
-Ayúdennos a guardar algunas cosas, si no nos apresuramos esa tormenta impedirá que siquiera podamos salir de aquí.
-Llevare las cajas, ayuda a los doctores-pidió a su compañero tomando dos de los empaques.

Al terminar de realizaba su parte solo una duda quedaba en su mente: ¿cómo es que consiguieron un trineo…? Suspiro, su aliento blanquecino se perdía con la nieve que caía, comenzaba a congelarse; fue tan imprudente e impulsivo salir tan rápido como llego de los dormitorios, apenas y llevaba un suéter y una camisa de mangas largas para protegerse del frío. Tal vez el enojo y la pena del momento lo habían mantenido estable hasta ahora; dio media vuelta, su vista le jugaba trucos, otro par de chispas se desvanecieron ante su mirada e incluso pudo jurar ver a alguien a lo lejos.

-¿Sucede algo Nishta?-Le Fontell le toco el hombro.
-Nada.
-Toma, no es mucho pero al menos tendrás menos frío-sonrió el doctor pasándole una manta.

El doctor termino de colocar otro par de cajas antes de tomar una cuerda tras revolver la nieve por unos instantes.

-Gracias.
-En verdad, esta empeorando, espero que los demás profesores ya hallan vuelto.
-Deja de preocuparte Catherine.
-Tienes razón, ya son lo suficientemente grandes.
-Entonces vamonos-suspiro el mayor.

-Este chocolate...este chocolate ... esta delicioso, tal y como me gusta espumoso. ¿Quién lo hizo? ¿acaso fuiste tu? , jeje que tontita ¿acaso podrias hacer algo tan rico como esto? esto de seguro fue obra de el Presidente, ahora veo porque estabas tan inquieto y pensabas en Kaoru ¿me equivoco?
-Pierdete...-contesto malhumorado
La castaña se regocijo y solto una timida carcajada. Volteo en direccion a Ellioth lo tomo de las manos y le sonrió.
Las mejillas del pelinegro se enrojesieron suavemente, Nana lo miro directamente a los ojos a tan solo tres centimetros de que cara con cara colapsaran. Quedaron unos segundos asi...
-¿Qqqué sucede?-tartamudeo un poco el pelinegro-
-¡Es un hecho! de ahora en adelante seras mi amigo, ¿ok?, me agradas, pero eso no significa que hayas pasado mi prueba de confianza, tendras el honor de ser mi alaido vale, venga-

Al escuchar esas palabras Daemon no pudo evitar dirigirle una expresion seria. Dio un paso atrás y se soltó de la chica. Suspiró para poner en orden sus pensamientos y darle tiempo a la castaña a que sus energías bajaran.

-Escuchame bien -le dirigió una sonrisa amarga -A mi no me interesan las personas como tú. Ni siquiera se tu nombre y, no puedes andar brincoteando por todos lados forzando a los demás a ser tus "amigos". Además... -se sentó en el sofá y de nuevo se cobrió con la manta -el chocolate lo tienen por allá -señaló un par de grandes termos del otro lado de la sala.

-Eres tan simpático, justo como lo pense como un limon de huerto en otoño-cruzó los brazos y se sento en el otro extremo del acolchonado sofa, se recosto y aparecio de nuevo esa enorme sonrisa- Vamos, si sigues frunciendo el ceño, pronto te arrugaras y ya no seras tan atractivo para gustarle al chico...

-"¿Limón de huerto en otoño?"
La minina cruzo los brazos y puso una expresion de obviedad, y levanto una ceja mientras movia sus orejitas, contestando asi- -Significa que eres un tio amargo cuyo corazon es frio, en otoño es cuando comienza el frio, el huerto es una forma de decir calido, es pocas palabras eres tibio, gris, medio, ¿entendes ahora?-Su tono de voz cambio a uno mas serio y profundo-Ademas, eres a la primera persona a la que le llamo amigo, me agradas, sientete afortunado pues yo nunca te abandonare-sonrio-Yo te enseñare como conquistarlo...

El libro con el que Daemon estaba estudiando voló hasta el otro extremo del sofá impactando a un costado de la cabecita de la castaña.

-Deja de decir esas tonterias! Grabatelo de una vez: NO-estoy-in-te-re-sa-do-en-él
-Mientes -contestó con ligeresa la castaña, a pesar de estar notablemente molesta por haberle arrojado el libro. Por su parte el pelinegro apenas se contuvo las ganas de ahorcarla, a pesar de que ya había estirado sus brazos hacia la presencia de la chica y engarruñaba los dedos simulando estrangularla. Dio un largo suspiro y se levantó por el libro que había caido a los pies de la joven.

-Haz lo que quieras, pero... -la enfrentó -Si se te ocurre decir una disparatez como esa enfrente de Nishta, te juro que te mataré -

Algo le preocupaba, sentía que alguien hablaba de él; su alivio apareció al acercarse a la entrada. No obstante cuando se acomodo la otra cuerda con la que ayudaba a tirar a Le Fontell la sensación de una punzada seguido de algo caliente lo hizo soltar un quejido que no paso del doctor quien tomo la mano del chico para examinarla, Nishta de algún modo se había cortado en la palma y la sangre fluía cada vez mas rápido.

-¡Llévalo dentro, ahora!-exclamo a Di Rou, cuando vio lo mismo apretó la mano del chico con un guante para detener el sangrado, abrió una de las cajas y saco una bolsa con un contenido desconocido, halo al chico apresurada hasta el interior del edificio mientras los otros dos terminaban de halar el trineo hasta la entrada.
-Algunos ayuden a acarrear las cosas-ordeno sin dejar de halar al chico hacia los dormitorios masculinos, ocultando lo mejor que podía la herida del joven-. ¿Los demás profesores ya han llegado?
-Si doctora, ahora mismo están en los últimos pisos hablando sobre que hacer.
-¿No falta nadie?-inquirió el presidente antes de desaparecer por las escaleras, apenas alcanzo a escuchar un no, eso lo relajo.
-Preocúpate por tu mano ahora-la mujer soltó un suspiro.

¿Pero cómo me corte? Miro a la doctora limpiar la herida, luego que dejo de sangrar coloco una compresa y vendaje. Una vez listo la mayor recogió todo y sugirió al chico no mover demasiado esa mano para evitar que abriera de nuevo, luego salio de la habitación del presidente para ir abajo.

-Esto se esta volviendo extraño-dijo al aire, se tiro en su cama y miro el vendaje-. Demasiado, quizá deba hablarlo con el director.