Preparando La Ceremonia De Bienvenida.

¿Por qué, por qué? ¿Por qué justo ahora? Su charla con el señor Tylor fue mas corta de lo esperado… tal vez no debió correr tras oír la misión. Nunca de los jamás se hubiese imaginado estar en una situación tan delicada en especial con los aspectos que el trabajo indicaba.

Casi cayendo de las escaleras subió a los dormitorios, llego a la puerta de la habitación de Ellioth entrando de tal modo que la puerta casi se vino abajo. El pelinegro leía en su cama por lo que se dirigió directo allí colocándole un papel en la frente.

-¡Debemos encontrar de INMEDIATO a Di Rou!-su voz se escuchaba alterada, pudiera ser por la agitación de la carrera o el temor que tenía por el hecho mismo- Ni siquiera Le Fontell sabe donde esta, y… ¡rayos! Tengo un mal presentimiento.

Spoiler:

El primer movimiento que le vino a Ellioth a la mente, y que no dudó en ejecutarlo, fue en darle un fuerte golpe en la cara del presidente.

-Tranquilizate o harás que yo también pierda la calma- amenazó el secretario mientras se levantaba y cerraba la puerta -Ahora si, explicame bien ¿De qué hablas?

Kaoru, unicamente se limitó a señalarle el sobre que le había dejado a Daemon, quien de inmediato lo abrió y un minuto después de haberlo leído, pareció que el secretario se congeló en el lugar.

-Ah, bueno... -comenzó a hablar despues de recuperarse del shock -¿Cómo iba a saberlo? -miró a Kyle resando porque no lo asesinara ahí mismo -Creo, que la dejé ir.

Calmarse era difícil, hablaban de que una persona tan cercana como una hermana estaba en peligro. Respiro profundo pero al escuchar el ultimo dialogo del joven no pudo evitar detener la acción, miro a Daemon con una expresión neutral.

-¿Perdón?-el secretario repitió lo dicho, de un modo quedo provocando una doble sonrisa por parte del presidente-. ¿Por lo menos sabes a que dirección fue?

Un escalofrio recorrio por completo la espina del secretario al ver esa sonrisa dibujada en el rostro del presidente.

-S-Si! -afirmó con un frenético movimiento de la cabeza -Se fue... hacia el norte

A pesar de que Ellioth había vacilado al contestar; de inmediato Nishta se encaminó con un paso tan rápido que Daemon tuvo que correr para alcanzarlo.

-¡Espera un segundo, Kaoru!- llamó el secretario esperando detenerlo -¿Qué hay con el campamento?
-No es momento para estar pensando en eso
-No, lo se, ¿me refiero a cómo pretendes coordinar el campamento y encontrar a Di Rou a tiempo?-

Se detuvo, cruzo los brazos un instante. Apretó los dientes, tsk, se acerco a Ellioth molesto pese a que había dicho la verdad; estuvo por tomarlo del cuello pero solo poso sus manos sobre los hombros del moreno, agacho la cabeza y suspiro.

-Tienes razón-se irguió, miro de nueva cuenta al joven y luego retomo su camino-. Secretario, has el favor de prepararte y auxilia a los encargados de la cena… por mi parte ayudare a instalar las carpas y preparar la fogata-ordeno aumentando el paso-. Nos veremos en la entrada de Altash en dos horas para ir por algunas cosas.

-Pero no se cocinar -dijo entre dientes mientras desaparecía el presidente de su vista -¡Y no me llames "Secretario" de ese modo tan arrogante! -alzó la voz esperando que Kyle hubiese escuchado ese último reclamo.

Ahora sin mas tenia que ayudar en la cocina. ¿Por qué en la cocina? Kaoru se las pagaría un dia de estos.

Una vez en el taller de cocina, se topó con varias chicas que comenzaban con los platillos que harían para el campamento. Sin embargo, ninguna de ellas le dijo a Daemon el menú completo.

-¿Menú? Intentan abrir un restaurante? Tanto escandalo par aun simple campamento -lamentaba Ellioth en su interior, pero al ver aquella chispa de alegria de las chicas, creyó comprender lo que podría ser la razón por la cual Nishta había planeado algo así. Se había quedado en que cocinarian la mitad de los alimentos en ese lugar, y terminarian el plato principal en la fogata del campamento.

Pronto Ellioth se vio en medio de la concina, trayendo y dejando utensilios y comestibles que necesitaban. De vez en cuando tenía que detener alguna que otra riña con harina que polveaba todo el lugar.

Todo estaba saliendo mal. Algo de suerte se agradecería en verdad, salir en busca de Di Rou sin que nadie se diera cuenta era difícil, pero el campamento ayudaría a mantener a todos en un punto seguro y no esparcidos por el campus reduciendo la posibilidad de que el fantasma cambiara de huésped.

-¿Pero porque todo lo malo siempre tiene que ocurrir en momentos como estos?-ato una ultima cuerda a la penúltima tienda que le toco armar.
-Presidente, creo que ha hecho mal el nudo, se puede desamarrar solo después de un tiempo-regaño uno de los chicos.
-¿En verdad?
-Si, le enseñare como se anuda correctamente.
-Gracias por tu ayuda.

Esa ultima frase soltó mas de una carcajada, ese era el ambiente que quería para los que estaban allí en ese momento, sin embargo no podía mas que fingir divertirse ante los problemas que tenía que atender dentro de las sombras de Altash.

Desde el techo del edificio más cercano. Daemon observaba tranquilo los movimientos del Presidente.

Tonto, ¿tan preocupado está que no puede siquiera fingir? -se recargó en el borde a unos centímetros del vacío - ¿Que podría hacer por él?

Simplemente las cosas estaban fuera de su alcance, y el intentar levantar los ánimos de alguien más no era el fuerte de Ellioth.

Esperó hasta que Nishta terminó para poder reunirse con él. Sus labores en la cocina ya estaban organizadas, así que las chicas podían terminar la cena solas, sin la necesidad de que el secretario las estuviera vigilando.

Tras que el fuego se encendiera se retiro, mientras se acercaba a la entrada arreglaba sus ropas para intentar calmar sus nervios; era desesperante para él sentirse tan preocupado. A lo lejos miro a Daemon, recargado en la pared de la barda, le saludo con la mano.

-Entonces, vayamos a buscarla, intentemos evitar a todos por un rato.

De nuevo, olvidaba un pequeño detalle.

-Pasaremos primero por la base, debemos recoger lo que creamos necesario.

-Kyle... -llamó Ellioth al tiempo en que lo tomó de los hombros -Te aseguro que todo va a estar bien -trató de tranquilizar al Presidente -Aunque no la podamos encontrar a tiempo, no será tan grave el problema, una vez que estén todos los cazadores, podremos ubicarla con facilidad.
-Que es lo que dices, Daemon?- de inmediato protestó Kyle, quien no podía dar razón lo que su compañero decía
-Las "Medidas extremas" es algo exagerado por parte del director. No deberias exaltarte tanto.
-Es como si tu no lo comprendieras...
-Se que quieres a Di Rou tanto como a tus hermanos, pero para mi es solo una conocida. No debemos perder la cabeza con tanta facilidad.

Ya era hora de hacer cambiar de opinión a Daemon y obligarlo a ver la seriedad del asunto. Nishta lo miró fijamente y con un tono seco en su voz le dijo:

-Recuerda que si algo le pasa a Di Ruo el único que doctor que atenderá será Le Fontell -como si fuesen palabras mágicas, el sentido que esa frase cumplió con su objetico.
-¡Pero que esperas, Nishta! Date prisa, debemos encontrarla a cualquier costo -Daemon jaló al presidente en dirección a la base, sin alegar una sola palabra más.

A veces era tan sencillo convencer al moreno, tanto que llegaba a fastidiar. Llegaron hasta los jardines, en la zona con más árboles. Daemon observo unos arbustos, se abrió paso entre ellos hasta llegar a una pequeña ladera. Ambos bajaron hasta toparse con una pared cubierta por las enredaderas, allí buscaron un agujero no mayor a una canica y con una extraña forma.

-¿La traes?-preguntó el moreno.
-Siempre-el presidente le paso una llave, similar al relieve en el sobre.

Un sonido mecanico hizo eco en la solitaria ladera, no duró mas que un par de segundo antes de que la melodia del viento entre las hojas nuevamente reinara en el lugar. Daemon miró sigiloso a sus alrededores, a pesar de que sabia que Kaoru ya había asegurado el perímetro; resultaba ser mas una costumbre cuidarse de las visitas. Atravesó el muro en tan solo un paso seguido por su superior, revelando la verdad de ese muro. No era más que una ilusión, un holograma proyectado como la primer defensa contra los espias y los curiosos.

A unos pasos de ellos una nueva puerta los espera con un estilo barroco en sus bordes, seguido por una serie de relieves simétricos en toda la estructura hasta llegar al centro, en donde descansaba una manija redonda atestada de telarañas.

Al secretario no le importó que clase bichos pudieran salir de allí, tomó la empoñadura y la giró, el lamento del metal no se hizo esperar en un estridente crujido. El relieve de la puerta se alineó por completo dejandola totalmente lisa y, del centro de la manija, comenzó a abrirse de modo mas suave.

-Despues de ti- indicó al Presidente con un ademán.

-Claro…

Atravesó el umbral y bajo cuatro escalones, continuo hasta otra pared, contó siete bloques desde el centro a la derecha y coloco allí la mano esperando hasta sentir un calor recorrerla. Las losas de la pared se reacomodaron dejando a la vista una puerta de metal que se abrió por la mitad, en el interior un hangar les dio la bienvenida.

La luz salía de algunas luces tanto en el techo como en el piso y las paredes, mas allá estaba un elevador; se detendrían en el cuarto piso subterráneo para buscar información y luego volverían al tercero por sus instrumentos.

Llegando al cuarto piso. Las puertas del elevador se abrieron de par en par, dejando pasar una nitida luz proviniente de una sala de consultas justo en medio de una serie de libreros que se extendían a varios metros encima de sus cabezas. Ubicados a varios desniveles, los libros de la primera planta estaban almacenados en estántes de madera oscura, alineados como si fuesen piezas de dominó. En la planta alta era visibles mas estantes, aunque esta vez eran armasones toscos de acero, detrás de un muro de vidrio con un pequeño letrero que decía "Restauración".

-¡Genial! -soltó el pelinegro al observar semenjante compendio de libros, superando por centenares, el tamaño de la biblioteca de la escuela. -Y pesar que aquí solo hay libros de los "Delirios de la Humanidad"-.

El secretario dio unos pasos lejos de su compañero en busca de algo que le pudiera dar respuesta alprobelma en manos.

-¿Qué se supone que debemos buscar, un rastro de ectoplasma? -miró a los alrededores -¿Dónde están los bibliotecarios?

-Ni idea.

Se acerco a una computadora, tecleo un par de palabras y apunto en una hoja tomada de allí mismo los resultados. Subir a las secciones más altas de los archivos, no le agradaba la idea.

Realizo una seña para que Daemon lo siguiera hasta el inicio de unas escaleras.

-¿Qué pasa? -dudó en acercarse a las escalereas, pero aun así lo hizo -¿Encontraste algo? -llegó hasta el borde de las escaleras, observó alrededor y sonrió ligeramente -¿No pretenderas que sea el señuelo, verdad?

-¿Quién sabe?

Le dirigió una mirada de complicidad acertando en las sospechas del ojigris.

-Soy mas del tipo indirecto-se excuso-. En cambio tú eres del estilo de corto alcance.

Era verdad aunque le doliera al moreno, Kaoru miro como el chico mas obligado que nada diera un paso frente a él. Una de las peculiaridades de la base de Knights era que la zona de la biblioteca, mejor conocida como Archivos, era que entre mas rara fuera la criatura o información necesario se hallaba a mas altura y mejor protegida, sin los bibliotecarios cerca para introducir la contraseña del día no podían avanzar; pues para proteger la información una serie de trampas se activaba si no se introducía el código antes de avanzar.

Aproximadamente había un lapso de tres segundos entre la reactivación de una trampa que ya hubiera reaccionado, el dispositivo para desactivar la seguridad era llevar hasta el nivel tres donde en una de las paredes se encontraba un escáner para rectificar si el intruso era un miembro o no, de serlo se detenía pero en caso contrario pasaba a un nivel mayor de seguridad.

¿... De corto alcance?! ¿Acaso pensaba que estaba loco?

Daemon no dio el paso que la mirada de Kaoru esperaba. Se plantó justo enfrente de este y se cruzó de brazos.

-¡NO! No voy a darte el gusto y mucho menos seré tu conejillo de indias -
-Daemon... -espetó Kyle con ese tono particular que el aludido odiaba, y sin embargo debia obedecer.

Miró con recelo a Nishta y con un ronroneo rompíó el silencio: -Voy sólo si tu me haces unos ojitos de borrego a medio morir, ¿si? -sonrió inocentemente esperando la respuesta de su compañero.

Dirigió una última mirada a las escaleras y luego una más al moreno.

-Si no hay remedio-suspiro causando una doble impresión en Ellioth cuando partió a correr hacia el siguiente nivel.

En cuanto toco el suelo una estaca apareció a su izquierda, la esquivo. Solo esperaba que aquellas trampas fueran del estilo medieval y no algo como láser, pese a que sabia lo poco probable de ello.

Un gritito se le escapó a Daemon al ver a su compañero subir ¿Que demonios hace? Inmediatamente corrió tras el otro joven. Lográndo alcanzarlo justo a tiempo para empujar su cabeza hacia abajo y evadir una de las estacas que se lanzaban simultaneamente hacia él.

Kyle y Ellioth evadieron las primeras trampas, hasta llegar a un pequeño rincon, al cual alcanzaron tras esquivar una última lluvia de grandes dardos; lanzandode hacia ese lugar. Una pequeña zona ciega que les permitiria tomar aire. Ambos estaban sentados cuando Daemon decidió tomar la palabra:

-¡Loco! ¡Tonto! ¡Imprudente! -atacó el pelinegro al presidente -¿Prefieres morir antes que mirarme? ¿Era solo una mirada y lo que haces es...? ¿Cómo pretendes que haga algo si tú te mueres aquí? -inquiró totalmente alterado, absolutamente molesto -Maldigo tu orgullo, Nishta -terminó diciendolo entre dientes. Ya había descargado su enojo con él. Ahora tenían que ver la manera de salir sanos y salvos de esa trampa.

El secretario se recargó en el suelo para acomodarse mejor pero la baldosa sobre la que su mano descansaba se sumio y el sonido de un par de rocas se escuchó en los costados de ambas paredes. Estaba el joven de mirada oscura en medio de la trayectoria de dos bloques que colapsarían en una fracción de segundo. Nistha lo tomó por cuello de la camisa y lo jaló hacia sí, justo a tiempo, antes de que ambos bloques hicieran al moreno papilla. Daemon se quedó recargado en el pecho de su compañero unos instantes en lo que se recuperaba de la impresión de casi morir aplastado.

-¿Estas bien? -preguntó Kaoru examinado a Daemon. Ellioth lo observó y de inmediato el rubor se hizo notar.
-S-si -asintió aun hiperventilando -Pero tú... -de nuevo su fase histérica apareció para reclamarle a Nishta -¡Miserable Presidente demente! ¿Cómo puede se te puede ocurrir entrar a un lugar así sin armas para defenderte? -suspiró tratandose de controlar -L... L-Lo siento, me haces perder la calma.

Inusualmente histérico, solo le dio una palmada en el hombro intentando relajarlo un poco; al parecer era la primera vez que se daba una idea de lo que era tratar con alguien como él mismo. Mucho era verdad y sin embargo parecía no importarle en lo absoluto.

-Perdona-miro con cuidado al frente, las siguientes escaleras estaban a unos cincuenta metros-, ¿Listo? Una vez lleguemos a los escalones podremos idear algo mejor para la situación.

No intentaba molestar más al pelinegro pero tenía confianza en que lograrían llegar hasta el desactivados sin recibir daño considerable. Realizo una seña y con ello ambos partieron de nuevo.

Esta vez tuvieron que enfrentar algunos dardos que salían de las paredes seguidos de un curioso y gigante péndulo paso a escasos centímetros al frente.

-No quiero imaginar como se las arreglan para colocar estas cosas.

Debian ser exáctos para avanzar en cuanto los péndulos se balanceaban de un lado a otro. Si sólo se hubiese tratado de esquivarlos, en tan solo unos minutos ya hubiesen llegado al otro lado. Sin embargo los diseñadores de esas trampas estaban totalmente enfocados a hacer sufrir a aquellos que se atrevieran a atravezarlas. Sino morias cercenado por los péndulos, podías caer en una de las doble trampas que había. Como en el caso de Daemon cuando sólo faltaban unos quince metros antes de llegar a las escaleras y con dos péndulos por pasar.

El violáceo pudo ver una extraña marca en el suelo. Posiblemente se trataba de una trampa subterranea. Aunque Kyle estaba dispuesto a ir primero como lo venía haciendo, Daemon lo detuvo, tambien estaba consciente de la situacion.

-Te lo recuerdo, eres el presidente, y si te mueres no quiero cargar con tus responsabilidades -

Acto seguido Daemon se lanzó evadiendo el péndulo y como era de esperar el suelo colapsó en cuanto sus pies lo tocaron. Sólo tuvo tiempo para poder aferrarse al borde que daba justo a unos centímetros del otro colgante.

-¡Agh! Un poco de ayuda no me vedría mal... -"sugirió" a Nishta, quien estaba pensando en como ayduarlo.

Ante la insistencia de Ellioth lo mando a callar, miraba el vaivén de ambos péndulos intentando con ello calcular el momento exacto de saltar. En cuanto la oportunidad se le presento se lanzo contra el obstáculo para quedar de pie sobe este una vez logro acomodarse.

-Lo mejor que se me pudo ocurrir-advirtió antes de intentar volver a realizar su hazaña-. Fue esto.

Cuando logro estar del otro lado bajo del péndulo y estiro su mano por debajo.

-En la pared se forma un espacio lo suficiente grande como para que puedas pasar, no debes preocuparte si ves al péndulo acercase pues su oscilación crea un ángulo por el que no te tocara aunque este a escasos centímetros-insistió en darle su mano-. Te ayudare a llegar hasta la pared y darte impulso para subir.

Daemon tomó la mano de su compañero, y con mucho esfuerzo logró llegar hasta el punto que Nishta le había dicho. Con cuidado subió ayudado por el impulso del presidente. Una vez arriba pudo ver el pendulo acercarse y, por tan solo unos milímetros casi lo hace puré.

-¿Escasos centímetros? -gruño a pesar de la palidez que lo invadió al tener la muerte tan cerca.

-Mmm…-no entendía el porque de su fallo-. Parece que me equivoque en el cálculo-le dijo preparándose para la discusión que Daemon sin duda soltaría gracias a sus repentinos ataques de histeria, muy bien fundamentados.

Técnicamente ignoro al ojigris, su mente aún negaba aceptar ese error, miro el péndulo notando un área más brillante que el resto; fue entonces cuando el antepenúltimo obstáculo se estrello contra una de las paredes y a lo poco el siguiente: se desprendieron del techo.

-Ahora veo, parece que el eje no esta diseñado para soportar mas peso del debido y por ello terminó zafándose-el hecho de haberlos roto no era bueno, después le traería algún problemita con el director-, creo que dejare esto en el buzón de quejas. Bueno, continuemos, no falta mucho.